De sobra es conocida la eficacia de los Bucktail en diferentes escenarios de pesca con especies como la aguja o la caballa, ya que éstas atacan los señuelos sin miramientos y con voracidad.
Pero cuando hablamos de lubinas la cosa cambia, ya que éstas siguen los señuelos largas distancias para luego rechazarlos.Sin embargo no siempre ocurre así, ya que estos días he obtenido capturas en los que en otras ocasiones parecía estar pescando en una piscina. Ésto de debe sin duda a la aparición de numerosos ejemplares acercándose a la costa en los meses estivales y cómo no, al tiempo empleado en obtener resultados. A base de ensayo/error he aprendido la forma de obtener numerosas picadas de éste perciforme tan esquivo con estos señuelos tan polivalentes que me han dado, en más de una ocasión, estupendas jornadas de pesca.
¡Saludos desde Galicia y buena pesca!